La diabetes en Ecuador afecta a la población con tasas cada vez más elevadas. Según la encuesta ENSANUT, 1 de cada 10 ecuatorianos entre los 50 y 59 años ya la padece. La misma encuesta muestra que 3 de cada 10 niños sufre de obesidad o sobrepeso y, son potenciales diabéticos.

Esta enfermedad se manifiesta principalmente en la edad adulta. Sin embargo, los malos hábitos alimenticios, estrés y falta de actividad física propician su aparición cada vez más temprano.

Existen tres tipos de diabetes, de las cuales la “Diabetes Mellitus tipo 2” es la más frecuente. Cerca del 98% de casos corresponden a ésta, íntimamente relacionada al exceso de peso y la inactividad.

El tratamiento anual para una persona con diabetes avanzada puede llegar a costar USD 25.000. Un diagnóstico temprano con su respectivo tratamiento tendría un costo anual cercano a USD 1.000. Es decir, que no actuar a tiempo es 95% más costoso y ofrece menores resultados.

 

¿Se puede prevenir la diabetes?

No, al menos no completamente. Hay muchos factores de riesgo para la diabetes, pero dieta saludable y 30 minutos de actividad física diaria ayudan mucho.

Sin embargo, existe evidencia de que el control de la obesidad puede beneficiar al tratamiento de la diabetes tipo 2. Está demostrado que la pérdida de peso moderada y sostenida mejora el control glucémico y reduce la necesidad de medicamentos.

 

Hay que perder peso

Es fundamental acudir a un profesional para determinar las mejores estrategias para llegar a un peso saludable y mantenerlo. Estas estrategias pueden incluir: dieta, actividad física, terapia conductual, terapia farmacológica y cirugía bariátrico-metabólica.

Los planes alimenticios prescritos por profesionales pueden ser beneficiosos. La elección de la dieta debe basarse en la salud y preferencias del paciente. Sin embargo, la recuperación del peso tras una dieta es estadísticamente elevada, salvo que exista un programa de largo plazo.

Los medicamentos para perder peso pueden ser efectivos como complemento de la dieta, actividad física y asesoramiento conductual. Pero los beneficios potenciales deben sopesarse frente a los riesgos y contraindicaciones de los fármacos y sus compuestos. Además, cuentan con una eficacia moderada y suelen generar el efecto rebote.

Una vez agotadas las alternativas para el control del peso, y si el problema persiste, debe considerarse una cirugía.

 

Cirugía Bariátrico-Metabólica y Diabetes

Existe gran cantidad de ensayos clínicos que demuestran que la cirugía Bariátrico-Metabólica logra un control glucémico superior. Y eso reduce los factores de riesgo cardiovascular en pacientes obesos con diabetes tipo 2.

La cirugía bariátrico-metabólica es un procedimiento quirúrgico y como tal conlleva riesgos. Por eso debe ser practicada únicamente por profesionales expertos en el tratamiento de la diabetes y la cirugía gastrointestinal laparoscópica.

El acompañamiento profesional antes y después de la cirugía es sumamente importante. Los organismos internacionales de salud recomiendan el monitoreo periódico del estado nutricional del paciente durante el primer año.

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